lunes, 22 de diciembre de 2014

Me alegró retirar el lazo amarillo de mi puerta, dice un guajiro cubano


  Con Los Cinco Antiterroristas en Cuba me alegró retirar el lazo amarillo que en la puerta de mi casa permaneció en apoyo a la causa de esos hermanos, afirmó el campesino Bienvenido Reyes, miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.
  Ahora que están en casa, ya la cinta cumplió su función, y la guardaré como símbolo de solidaridad social y memoria de un momento que deberá incorporarse a los libros de historia, agregó Reyes, quien reside en la comunidad rural de Paso del Medio, en la periferia de la ciudad de Matanzas.
  Rememoró Bienvenido que cuando René González convidó a colocar lazos en lugares visibles para solidarizar al pueblo norteamericano con la liberación de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González, él decidió mantenerlo expuesto hasta que se reunieran todos, acorde a la tradición estadounidense que inspiró la campaña.
  Escogí la puerta del frente de mi hogar para colocar un lazo, porque era el lugar donde estaría más visible y a la vez protegido del clima, allí permaneció hasta este miércoles 17 de diciembre, cuando el país recibió la buena noticia de que Los Cinco están en casa, agregó el también internacionalista.
 Portador de valiosas memorias como miembro de las milicias que acometieron la Lucha contra Bandidos durante los primeros años de la Revolución Cubana, estima Reyes a quienes fueron privados de libertad por combatir el terrorismo de Estado.
   En el mes de septiembre del año 2013, lazos colocados en árboles, murales, vestimentas…, confirmaron la respuesta social ante la campaña de solidaridad Cintas Amarillas por Los Cinco, inspirada en una tradición de los estadounidenses que esperan el regreso de seres queridos.
   El miércoles último, cuando anunciaron que tras 16 años de injusto encierro, los antiterroristas Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández ya se encontraban en Cuba, junto a René González y Fernando González, el guajiro Bienvenido llevó su tabaco a la boca, se levantó del taburete, y solo entonces, retiró de su puerta la cinta amarilla que con polvo de más de un año aguardaba por Los Cinco.  

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