“Para Efrén Alonso Comeine,
criador de cocodrilos hace 40 años, ese trabajo es como tomarse un vaso de
cerveza, refrescante y placentero, solo hay que ver la tranquilidad con la que
se desenvuelve en los momentos más difíciles que ha tenido, y aseguro, no son
pocos.”.
Así intenta Etiam A. Pérez Fleitas, máster en Zoología y Ecología Animal
con 12 años de trabajo en el Criadero de Cocodrilos de la Ciénaga de Zapata, en
la provincia de Matanzas, explicar con ejemplos lo que sienten las personas que
laboran con esos -según él- hermosos animales.
“Puedo contar que las experiencias de Efrén van desde parar en seco a un
espécimen de unos 50 kilogramos de peso que alcanza una velocidad de 20
kilómetros por hora en segundos, a pocos centímetros de los pies de un
compañero que cayó al suelo por un tropezón, hasta hacer maravillas encima de
un bote porque se le soltó un reptil de dos metros de largo.
“De la misma forma podría hablar del resto del colectivo, que también ha
tenido lo suyo, porque ver trabajar a los criadores puede parecer sencillo para
los que nos visitan, sin embargo, en ningún momento están exentos de peligros.”
Pérez Fleitas, especialista integral de Fauna Exótica, Silvestre e
Investigación en la Unidad Empresarial de Base Silvícola de la Conservación de
la Ciénaga de Zapata, demuestra pasión y entrega como miembro de la Brigada de
Reproducción y Cría del Crocodylusrhombifer.
“Mi trabajo consiste en hacer lo imposible por mantener saludable una población
en cautiverio del coloquialmente llamado cocodrilo cubano, con todo lo que eso
implica: control de higiene, enfermedades y otras acciones para garantizar la
supervivencia de los animales.
“Estudios de diferentes aspectos de la biología, díganse alimentación,
reproducción e investigaciones de las poblaciones del reptil endémico de Cuba
en vida libre, también se incluyen entre mis tareas, por suerte me integro a un
grupo de trabajo muy capaz, que permite distribuir las responsabilidades con
facilidad.”
Introducir, reintroducir o reforzar una población de la especie, generar
conocimientos científicos y ser fuente de ingresos, se insertan entre los
propósitos de existencia del criadero de Crocodylusrhombifer ubicado en el
municipio más extenso de Cuba.
Más allá de los beneficios económicos que pueda generar, la existencia
de dicha institución constituye una necesidad en tanto es la Península de
Zapata relicto natural del Crocodylusrhombifer, autóctono de La Mayor de Las
Antillas.
A más de una década de labor en la comprensión biológica de animales
tradicionalmente temidos por su fortaleza y métodos de caza, a Etiam A. Pérez
Fleitas le es imprescindible la pasión que le provoca su trabajo, motivación
que asegura, no le es ajena a sus compañeros de faena, que devienen maestros en
la comprensión de una especie simbólica en el mayor humedal del Caribe Insular.
“Para los criadores de cocodrilos el respeto por lo que hacen y sobre
todo hacia los animales, es en mi criterio lo que los convierte en
excepcionales para poder desempeñar su trabajo sin que ocurriera accidente
fatal alguno en los más de 50 años de existencia del criadero.
“Mordiditas y buenos sustos es verdad que si han habido unos cuantos,
pero al rato son historias divertidas y motivos de largas bromas.”
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