sábado, 6 de febrero de 2016

¡Chofer pare en el hospital…!



  "¡Chofe pare en el hospital que a un hombre le dio una cosa!” gritaron desde el fondo de la guagua, y comenzaron los murmullos de la gente. Al parecer, el conductor no escuchó, porque no varió la aceleración del ómnibus, entonces alguien se hizo eco “¡Chofer pare en el hospital que a un hombre le dio una cosa!”, pero saltaron otra vez del fondo “¡No, no, ya se le quito!”.

   “Ya no hay humanidad, este cogió la ruta más larga”, dijo una señora no al tanto del parte más reciente, y la muchacha cercana la cuestionó “Dijeron que ya se le quitó”.
   “Se puso feo”, “los pies los tenía tumbados”, “eso es que tiene problemas de azúcar”, corrían los comentarios cuando emergió la alerta “¡le está dando otra vez!”.
   El conductor del ómnibus con matrícula BSM 432, en ruta desde el municipio de Madruga a la ciudad de Matanzas por la carretera central, desconocía la entrada al cuerpo de guardia del Hospital Faustino Pérez; después de rectificar el rumbo con orientación de los pasajeros, tres jóvenes bajaron al señor que se notaba muy decaído, sin fuerzas para avanzar solo. Entonces mayor incomodidad se apoderó de los pasajeros, “vamos chofer”, dijo uno, “no, hay que esperar a los que lo bajaron porque le hacen un favor y no se pueden quedar botados”, inquirió otro.
   Bajo presión los segundos parecieron horas; en ejercicio de conciencia, acelerones y frenazos fueron respuesta al dilema de aguardar por los socorristas o respetar el horario de la ruta. Al fin los muchachos regresaron a tiempo para seguir viaje en la BSM 432, dicen que demoraron un poco esperando saber la presión del epiléptico. 

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