Antes de los 15 años de vida, nunca Rosaura
de la Caridad Ajete escuchó la palabra gastrosquisis, fue en las consultas de
genética donde la conoció, cuando los especialistas le explicaron los riesgos
de tener un bebé con esa malformación congénita.
Aunque la gastrosquisis constituye el
término que se refiere al desarrollo de los intestinos y otros órganos fuera
del abdomen del feto, a través de una abertura en la pared abdominal, la joven
estudiante de Técnico Medio en Agronomía decidió proseguir con el embarazo.
Stefani de la Caridad Herrera Ajete tiene
unas mejillas sonrosadas dignas de admiración, con poco más de una semana de
nacida familiares y médicos se muestran atentos en el Hospital Pediátrico
Eliseo Noel Caamaño, en la ciudad de Matanzas, y reparan en cada detalle de la
pequeña que se mantiene fuera de peligro.
Después del nacimiento, mediante cesárea
acometida el 14 de julio reciente en el centro local de atención a la
maternidad, trasladaron a la infante al pediátrico, y de inmediato, personal especializado
procedió a operarla para ubicar sus órganos adecuadamente en el área abdominal.
La infante no perdió peso luego de la
intervención quirúrgica, mantiene los tres mil 350 gramos que tenía al nacer, cada
tres horas Rosaura le ofrece su sabia materna y es ese momento, mágico, único, vívida
representación de la felicidad familiar que propicia la medicina.
Adecuada presión abdominal y buena
tolerancia a la alimentación por vía oral, son síntomas que sugieren estado de
recuperación, explicó Abel Santana González-Chávez, especialista de II grado en
Cirugía Pediátrica, quien acometió, junto a otros expertos, la operación de
Stefani.
Según Santana González-Chávez, la tensión
del caso no se expresa solo desde la arista de la técnica quirúrgica pues,
realmente existen intervenciones más complejas asociadas a esa área, sino que además
se manifiesta en el elevado impacto psicológico que provoca en la familia.
También comentó el galeno que durante los
últimos tres años se presentaron casos similares en la provincia de Matanzas,
asociados al embarazo en la adolescencia, y alertó sobre la importancia de
planificar la familia cuando el organismo adquiere madurez para la gestación.
Desde las 17 semanas me advirtieron de la
situación genética de mi bebé, no obstante decidí tenerlo y agradezco al
personal médico que asume la atención y tratamiento, pero sugiero a las jóvenes
ser responsables en la vida sexual, porque no solo inciden en su salud, sino también
en la de sus hijos, afirmó Rosaura, con 16 años de edad.
En la sala F del Hospital Pediátrico Eliseo
Noel Caamaño no faltan quienes se interesan diariamente por la pequeña Herrera
Ajete, a quien pronto recibirán en su hogar, y cuyo caso suma bríos a una institución
sin pérdida de vidas durante cirugías neonatales desde el año 2012.
Con una bata colocada adecuadamente los
desconocidos no advierten que Stefani posee una hilera de suturas en su tierno
abdomen, sus cachetes sonrosados despistan sobre la fragilidad de la pequeña
durante sus primeras horas de vida, y tal vez cuando crezca apenas sea
perceptible la cicatriz en su cuerpo, pero no olvidará Rosaura que tiene una
hija hermosa, bendecida por las ciencias médicas.