Diversas
notas de prensa anuncian por estos días la sequía que afronta la isla de Cuba
no obstante, este martes el cielo bendijo con un breve pero intenso aguacero a
mi rural Paso del Medio, al norte de la provincia de Matanzas, y la física
natural nos regaló un arcoíris.
Recuerdo
que alguna vez escuché que en la base de la banda de colores se podía encontrar
un tesoro. Espero que los soñadores no se desanimen ante el hecho de que realmente
no existe el final del arcoíris, este parece moverse cuando las personas se desplazan
porque el fenómeno se produce a una distancia y ángulo específicos del
observador, por cuanto la distancia siempre será la misma entre el arcoíris y quien
lo mira.
“Eso es de
mala suerte”, me dijo un vecino mientras tomaba fotos, pero creo que vale la
pena arriesgarse cuando se trata de patentizar el momento para compartirlo con
los amigos. Realmente por estos días,
ante la sequía en la Isla, me alegra más el comienzo que el final del arcoíris,
y si reparo en el comentario de mi vecino, realmente lo que me impresiona es lo
bien que luce la “mala suerte”:
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