sábado, 31 de octubre de 2015

Fotos de una Historia de amor



   El grupo colombiano Pequeño Teatro de Muñecos, tras compartir su obra Historia de amor en el XVI Festival de Teatro de La Habana, llegó con su propuesta por vez primera a la vecina ciudad de Matanzas.
  Bajo la dirección de Gerardo Potes, su esposa Leonor Amelia Pérez y su hijo Juan Sebastián Potes, propusieron este sábado al público de la urbe de ríos y puentes una trama que reflexiona en torno a la individualidad, lo común dentro de lo diverso, y la fuerza del colectivo.    
  Leonor y Sebastián encarnaron a dos titiriteros que, aparentemente no simpatizantes, encuentran poco a poco elementos que los unen, hasta que se invitan a recorrer juntos el mismo camino.
  Para ilustrar lo que sucedió hoy en la Sala Papalote, unas cuantas fotografías de esa Historia de amor:







                                             
 


miércoles, 28 de octubre de 2015

Cantarle a Camilo, siempre



   Intercambiar flores con los amigos me animaba cada 28 de octubre, en la escuelita primaria de Paso del Medio todos queríamos tener el ramo más hermoso, con diversidad de flores, por eso nunca nos bastaban las que el día antes recogíamos en los jardines de nuestras casas o el de los vecinos. Adoraba cuando todos salíamos tomados de las manos por la orilla de la carretera central, rumbo al río San Agustín, y justo sobre el puente echábamos las flores al agua para homenajear al héroe de gran sonrisa y sombrero alón que se perdió en el mar.  
   Hoy, mientras esperaba la guagua en la parada para llegar al trabajo, me entretuve mirando a los pioneros que iban para la escuelita con rosas, mariposas, flores de papel y gladiolos, dentro de un rato serían ellos quienes irían al San Agustín, y entonces disfruté tararear aquella canción que nunca he olvidado, desde que la aprendí cuando usaba pañoleta, para cantarla junto a mis amigos cada 28 de octubre: Una flor para Camilo,/ al agua vamos a echar,/ todos los niños de Cuba/ lo queremos recordar…  

sábado, 10 de octubre de 2015

Soy matancera, yo no lo niego…


Ofrenda al Apóstol José Martí durante el Recibimiento al Matancero Ausente
  

   Yo soy cubano / yo no lo niego/ cubano de Matanzas/ yo no lo niego…, y al escuchar el canto, expuesta a que me dijeran entrometida, acerqué mi grabadora para perpetuar la emoción de Silvia Godín, investigadora sociocultural y escritora; Juan García Fernández, estudioso del folklor; y Felipe Morales, funcionario del Ministerio de Cultura, felices por coincidir en el Parque de la Libertad, durante el tradicional Recibimiento al Matancero Ausente.
   Mientras, el nieto de Alfredo Triolet, descendiente del fundador de la Botica Francesa del siglo XIX que es ahora Museo Farmacéutico en la urbe de ríos y puentes, insiste en sentarse cerca del Monumento a José Martí; y el abogado Osvaldo Gómez y su esposa Clara Niebla García, apaciguan la nostalgia de estar tan próximos a su otrora hogar en la calle de Santa Teresa.
   Cada octubre, en ocasión de la jornada cultural que festeja la fundación de San Carlos y San Severino de Matanzas, profesionales naturales del territorio o contribuyentes a su desarrollo, que ahora viven lejos, retornan junto a sus familiares para mantener los lazos con la patria chica.
   Y me alegra que les cuenten sobre los proyectos de reanimación de la urbe, y me entristece que avancen tan lentamente, y entonces Ercilio Vento con su voluntad de Historiador me reanima al evocar el origen rebelde del nombre de Matanzas.
   Y también me inspira Eva Montes, longeva cubana de casi 90 años de edad que a pesar del cansancio de su cuerpo vuelve, acompañada por sus hijos, para no perder la tradición familiar, y honrar la memoria de su amado esposo, el ingeniero José Antonio (Ñico) Rojas; y su fuerza me contagia, y me hace sonreír, y sentirme más hija de la ciudad donde nací, y querer más para ella, porque soy cubana de Matanzas, y eso nunca, nunca lo niego.