martes, 17 de noviembre de 2015

Novedad en Varadero: reportan presencia de murciélago pescador



   Especialistas del proyecto Cubabat, para la conservación de los quirópteros y sus hábitats, identificaron una colonia de murciélago pescador (Noctilioleporinus) en Varadero, especie nunca antes reportada en el mayor polo turístico de sol y playa de Cuba.
   A raíz del avistamiento de un posible hábitat, Dunier Dina, técnico de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna informó a los integrantes de Cubabat, quienes acudieron al sitio, identificaron científicamente la especie y evaluaron el estado del refugio.    
   Joel Monzón, coordinador principal del proyecto, explicó que en una palma real agrietada, en las proximidades de la Marina Dársena Varadero, se cobijan los mamíferos alados que se distinguen por su especialización en la captura de peces pequeños para alimentarse.
   El reporte precedente de la presencia de murciélagos pescadores en la provincia de Matanzas data del año 1979, cuando el profesor Gilberto Silva Taboada los localizó en Ciénaga de Zapata, Colón y Cárdenas, municipio último al cual Varadero pertenece desde el año 2011, comentó Monzón.
   Con el hallazgo, suman seis las especies de quirópteros presentes en el polo turístico, coloquialmente conocidas como: frutero (Artibeusjamaicensis), orejudo (Macrotuswaterhousei), lengüilargo (Monophyllusredmani), pardo (Eptesicusfuscus), gritón (Brachyphylla nana) y pescador (Noctilioleporinus).
   A decir de Monzón, el nuevo reporte enriquece la información sobre los valores naturales de la región, potencia los atractivos para el turismo ecológico, y además indica la estabilidad del ecosistema acuático del cual los murciélagos obtienen los alimentos necesarios para su desarrollo.
   Identificar los corredores de éxodo y retorno, marcar especímenes con anillos, y realizar estudios morfométricos y estimados poblacionales, se incluyen entre las próximas acciones de Cubabat, expresión del Programa para la Conservación de los Murciélagos de Cuba.
   Según el libro Mamíferos en Cuba, publicado en 2011 por UPC Print en Finlandia, la distribución del murciélago pescador abarca desde México hasta el norte de Argentina, así como la mayoría de las islas del Caribe; por lo general su envergadura alar es de más de medio metro y su masa corporal puede superar los 80 gramos.

jueves, 12 de noviembre de 2015

En otros cuerdos y locos, Milanés



Nadie sabe si Milanés
sigue ahí o si se fue.
Nadie sabe si loco estuvo
o si tan solo lo simuló;
o si harto de Milanés ser
en cualquier otro se cambió.
                             Virgilio Piñera


   El muchacho que disfruta bailar en plena calle de Medio le arranca sonrisas a quienes pasan, no importa no saber su nombre, no importa si no está del todo cuerdo, porque su alegría basta para animar el sentido de “matanceridad”, esa identidad local cimentada a siglos de distancia, en la ciudad de Matanzas, por otro poco cuerdo, que se llamó José Jacinto Milanés.
   Aquel loco culpable de que a la arteria Gelabert le cambiaran el nombre, perdió la razón a los 28 años de edad, pero en apenas una década de fertilidad intelectual legó poemas, ensayos, obras teatrales, cuya esencia lo perpetuaron como precursor de las letras hispanoamericanas.
   En el Álbum Milanés, Homenaje por su bicentenario, publicado por Ediciones Unión en el año 2014, el compilador Urbano Martínez se refiere a José Jacinto como un intelectual ilustre, que no solo cantó al amor y a la naturaleza cubana, sino también a la libertad y a la independencia de la Patria.
   Dice Alfredo Zaldívar, director de Ediciones Matanzas, que la obra de Milanés tuvo una impronta muy fuerte en sus contemporáneos, comprensible con solo acercarse a poemas como La fuga de la tórtola, un canto a la libertad en etapa de férrea opresión colonial española.
   Según Zaldívar, también la prosa de José Jacinto encierra una definición patriótica muy fuerte, visible en su Epístola a Ignacio Rodríguez Galván, donde rechaza una invitación a viajar a México, y de ninguna forma acepta abandonar Cuba a pesar de la compleja situación en la cual vivía.
  Reconocido como uno de los pioneros del movimiento romántico en la Isla, José Jacinto resalta en la actualidad por la apropiación natural del carácter popular, el anhelo de fluidez expresiva y el dinamismo del observador que se incorpora a sus textos.
   Aunque el 14 de noviembre de 1863 se apagó su vida, Milanés trasciende como autor que contribuyó a fraguar la identidad nacional en Cuba desde la urbe de ríos y puentes, y literatura y locura lo convierten, ¿por qué no?, en exponente de lo real maravillo latinoamericano, e inspiración para poetas y cantores.
   “Salve a tu nombre, trovador preclaro,/ de inspiración y de modestia lleno, más que las ondas del San Juan sereno,/ como el cielo de Cuba terso y raro.” le escribió Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido); y como “príncipe sediento” lo evocó Raúl Torres en una de sus canciones.
   Es triste que lo caricaturesco trascienda más que las obras de las personas, pero bueno que las leyendas puedan ser un pretexto para insertar en el imaginario popular los símbolos de la idiosincrasia.
   Por eso la imagen del bardo romántico que enloquecido recorría las calles de la ciudad de Matanzas durante el siglo XIX, puede emerger naturalmente en aquellos que sonríen al ver al muchacho que ahora baila desenfadado en la calle de Medio.
   Y entonces, tal vez, algunos caminantes sientan la necesidad de repasar los versos de La madrugada, o de visitar el actual Archivo Histórico desde cuyas ventanas cuentan que el desaforado enamorado gritaba a su inalcanzable Isa; y se cuestionen qué tan ausente está el más romántico y loco de los poetas cubanos entre quienes caminan por la calle que hoy lleva su apellido.   
   Entonces tal vez se percaten de que los que se detienen a mirar la bandada de aves oscuras que regresan durante el crepúsculo al Parque de La Libertad, para bautizarlo con lo que son y lo que les sobra; y los que se sientan a orillas del río San Juan solo para escucharlo, también tienen un poco de locura, de sana locura que los acerca a Milanés, y no lo deja morir.