Tengo amigos que no veo hace años, pero no
los dejo de querer.Me avisaron por Facebook que el grupo dela Vocacional se encontrará
en la Galaxia, joven discoteca por cuenta propia en la ciudad de Matanzas; y
creo que reunirse es grata consecuencia del fin de año.
El monograma rojo bien
guardado en el escaparate, junto a la blusa azul donde me pusieron mensajes de
despedida cuando terminé el preuniversitario, me vinieron automáticamente al
pensamiento ante el aviso de Mariela.
Recuerdo aquella foto en la que aparecemos cansadas
de estudiar Matemática, con un reguero de libros sobre la mesa y otro reguero
de peinado.La muchacha que durmió durante tres años en la litera ubicada frente
a la mía, hace más de tres años que vive en La Habana, pero tampoco se ha
olvidado de mi.
Y es por eso que disfruto serde Cuba, por la
familiaridad que nos distingue, porque más allá de los términos filosóficos
respetamos y valoramos de verdad las relaciones humanas,porque encontrarse con
los amigos es siempre alimento para el alma.
El reencuentro será un buen aguinaldo a
finales de este 2015, y en la Galaxia celebraremos la dicha de habernos conocido,
y festejaremos juntos en uno de estos últimos días de diciembre, como hacen las
familias.
Aunque ya no somos los muchachos de 17 años
que recorrían los pasillos del Instituto Preuniversitario Vocacional de
Ciencias Exactas (IPVCE) Carlos Marx, quizás volvamos a conversas sobre aquellos
pasillos, y sobre los que recorremos hoy.
En cualquier caso las palabras serán gratas,
y seguro reiremos a carcajadas ante las ocurrencias de Manolito, y no importará
si estamos un poco más delgados o pasados de peso, y seguro no faltará quien
quiera bailar casino, porque hay cosas que no cambian nunca, y no terminan, ni siquiera,
con el fin de año.
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